Coma final

No sé bien lo que en verdad es.
Sin duda, un insondable, mágico y extraño misterio,
Que encierra, o más bien, "destella irónicamente",
Una noche fría, lluviosa, nublada, húmeda y oscura.

Las gotas caen sin cesar y, de repente,
Al abrir los ojos, me veo inmerso en un vasto océano,
En el que mi Balza, como hoja débil e indefensa,
Baila aquí y allá, sin rumbo al cual mirar.

Suspendido me encuentro.
Un dolor "infinito",
Como saga o espada afilada meticulosamente,
Atraviesa lenta y sin cuidado,
El corazón triste, olvidado, humillado y ultrajado,
Que, en El Amor una vez creyó,
Pero sus sueños, el Idilio esfumó.

No sé bien donde me encuentro,
ni si estoy en lo correcto,
a mi Balza pertenezco,
y la Tierra, "ya" no merezco.

¿Será, la eternidad, un castigo necesario,
para expiar de mi vida lo peor?,
¿O será el cruce del destino,
que mi felicidad, pérfida, vivió?

¡¿Qué puedo hacer, diMe,
si adolezco en mi Interior,
y el Amor no encuentro yo?!...
¿Seré un alma descarriada,
que en vida vio perdida,
La oportunidad de amar, "murió"?

No sé qué hacer...
Si gritar, hablar o cantar, y que nadie me quiera escuchar,
Si pintar, dibujar, diseñar o "garabatear", y que nadie me quiera ver,
Si escribir, digitar o mecanografiar, y que nadie me quiera leer,
Si orar, rezar o suplicar y que, ni el Cielo me pueda consolar;...
Si llorar, sufrir o padecer, y que nadie me pueda calmar,
Si pensar, meditar o expresar, y que nadie, me pueda entender.

¿Será, tal vez,
cuestión de exhalar
mi último suspiro,
y despedirme de este mundo,
sin atrás mirar?

Si tú me lo preguntas, la "Verdad"... no lo sé.
Tal vez sea, "simplemente" cuestión de...
...Respirar...
De sumergirme en Lo profundo,
Y así, a lo alto apuntar.

De dejarMe encontrar, descubrir, despertar;
Ver, acariciar, tocar, sentir, abrazar;
Soñar, imaginar, maravillar, asombrar, encantar, apasionar y...
Enamorar.

Y Sí.
Aprendí que la vida, per sé,
es el abrir y cerrar de ojos,
de Aquel que nos amó por primero.
Que el infinito, el perdón, la compasión, la misericordia y el Amor,
Fueron, son, y serán siempre,
Más fuertes, grandes y omnipotentes,
Que lo efímero, el rencor, la indiferencia, la muerte, el suicidio y el dolor. Por eso, desde ahora y sin final,
El miedo quedó atrás y la esperanza reina ya.
Ayer caí, tropecé y me herí.
Hoy, en cambio, no sólo puedo decir,
También puedo verMe en mi reflejo, puedo:
Respetarme, aceptarme, reconocerme, apreciarme, valorarme,
Y, con ahínco, entusiasmo y, desbordante y desenfrenada locura...
AmarMe.

Ésta es mi historia,
tu historia,
pero no sólo...
Ésta, ¡es NUESTRA historia!
Y... ¡CONTINUARÁ!,
¡Pero esta vez, no con PUNTO, más bien, con COMA FINAL!,

Comentarios

Entradas populares