Las vacaciones de mis sueños


Las vacaciones de mis sueños serían unas de total tranquilidad, de completo reposo. Serían unas vacaciones que aprovecharía para hacer cosas que normalmente no haría, cosas que se pueden hacer en vacaciones. Cosas como montar a caballo, leer, hacer deportes extremos, caminar, reflexionar, pensar. Es un tiempo que aprovecharía para hacer introspección y verme interiormente, darme cuenta de mi situación actual y de qué podría hacer para mejorar. Es un espacio para encontrarme con mi proprio yo, aquel ser que se esconde en mi interior. También usaría esta época para hablar con personas con las que hace mucho no hablaba, tal vez para reanudar esa relación que manteníamos viva, y que, por alguna circunstancia, se desplomó. Sería en un clima cálido para que no sienta frío, pero con una brisa fuerte y dulce, que me haría suspirar, y al mismo tiempo me elevaría a un estado de satisfacción con migo mismo, sabiendo que estoy viviendo las mejores vacaciones de mi vida. Podrían ser unas vacaciones para compartir con los que mas quiero, personas muy allegadas a mí,  pero con las que casi no comparto, no sería con mi familia, que la amo con todo mi corazón pero que paso todos los días con ellos, sería con amigos cercanos o también, con una amiga especial. Imagino que sean momentos felices, de una alegría que desbordaría las expectativas. Habría momentos de risa, otros momentos de meditación, otros románticos. Serían unas verdaderas vacaciones en las que descansaría de la monotonía de la vida, en un sitio calmado y pacífico, que aunque esté alejado de la sociedad, tenga sus encantos. Unas vacaciones en las que me preocuparía por mi bienestar, si las vacaciones hacen efecto en mi forma de ser, me preocuparía más por los demás. Lo que siempre he dicho es que si uno quiere ver un cambio en los demás, el cambio debe empezar desde uno mismo. Si antes no era una buena persona, tal vez en vacaciones no me llamarían por saber como estoy, pero si al contrario, he tenido una vida solidaria con los demás, entonces me gustaría, me encantaría que, personas con las que compartí, me llamaran, se preocuparan por mi y les hiciera falta, porque, pienso yo, no hay nada mas hermoso que el amor que has depositado en los demás, traiga frutos en abundancia. Este amor del que hablo debe ser un amor desinteresado, un amor que no piensa en la recompensa,  ya que hay más felicidad en el dar que en el recibir. Estas serían las vacaciones de mis sueños, alejadas del odio que abunda en la tierra, alejadas de los rumores y los chismes, alejadas de las malas compañías, alejadas de los resentimientos y la envidia, alejadas del mundo y sus defectos, que sin duda, quiéranlo o no, hemos sido nosotros mismos los que lo hemos empeorado. Para volver a las raíces, para hacer que el amor reine entre todos y podamos ser un mundo unido, debemos empezar desde nosotros mismos, comenzando por cambiar las cosas pequeñas, porque si tratamos de hacer un gran cambio y queremos dar un gran paso, debemos empezar por un paso más pequeño hasta llegar a uno mas grande. La forma de cambiarme a mí mismo es serenarme con unos días de descanso, pero que no sean común y corrientes, deben marcarme por el resto de mi vida, así sabré que fueron las vacaciones de mis sueños.

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